Por una lágrima que cayó en tu alterada melena, se rompió el curso del tiempo y me devolviste, de una mirada, a la más tierna infancia en la que soñaba con unos dulces labios color carmín que balanceaban mi cabeza de un lado al otro para acabar durmiendo en tu pecho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario