Sin título 1

17:59:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (0)


Ya no llora la luz del patio;
ya no sangra el cadáver que hay en mi ventana;
ya no gime la mujer de entre mis brazos.

Ya no grita ni la miel,
ni el blanco,
ni los pelos arrancados de una barba quinceañera.

Ya madre no besa,
ya padre no muere,
ya el carro y los caballos
son de viejos su transporte.

Ciudadano BAJO cero

20:28:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (0)


Quizá María me espera al otro lado de la puerta. Yo lo dudo bastante. Aquí, sentado en el sillón, ¿cómo saberlo? Tanto comfort agolpado en mis nalgas..., ¿es necesario desatascarlo? Incluso las pelusas, desde el otro lado de lo onírico, me gritan y ponen objeciones a que me levante.

De seguro que acaba de venir. Algo sombreado parecido a sus pies asoma amilanado por el filo inferior de la puerta, ¿será ella?, ¿por qué no llama? "Cariño, hay confianza", dice siempre. Las bastardas palabras se vuelven en mi contra, para variar. Odio el cariño.

Aunque a lo mejor no es ella, ya hubiera entrado. ¿El muchacho que lee el contador? Posiblemente.Suele venir con la luna. La noche confunde, debe ser que trabaja así. Me cae bien, recuerda a los pequeños y menuditos abuelos que añoran su infancia.

O madre Eloísa. Sus charlas... Longanizas que cuelgan de los cuellos caninos, así las calificaría yo. ¡Qué grandiosidad la de sus andares! La gallardía con que levanta el talón y lo asienta sobre la superficie le hace botar, levemente, una imagen de Cristo crucificado sobre sus pechos, dándome a entender, cuando la veo, que la gracia del Mesías no se encuentra ayudando a los pobres, se haya en los suaves canalillos de las monjas. Esa es la esencia, en verdad, de la fe.

¿Y el Espíritu de las Navidades Pasadas? Querría un chocolate. Estamos a las puertas del verano, aunque abandoné el arbolito ahí, en la esquina, y está intentando ser conquistado por multitud de arañas, moscas y legiones de polvo. Me castiga con la visión del futuro como lo vea, seguro, y no me apetece, aquí y ahora, esforzarme y estremecerme en este mi sillón aterciopelado, ¡con la grima que da el terciopelo al moverlo!

¡Vaya, un sobre! Quien fuera decidió comunicarse por escrito. Un pelo se le ha adherido a la solapa, por lo que puedo apreciar desde mi sitio. Ya me levantaré mañana.

Reloj, ¿qué me dices?

17:23:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (1)


Es curioso que, antaño, hiciéramos relojes cuando los coches, pasados unos años, se desnudaban y donaban las ruedas. Su curvatura pasaba a formar un polígono regular tal como un cuadrado, provocando que las manecillas, muy inocentes ellas, no pudieran dar las vueltas que quisieran.

Hubo gente que animó al gobierno a sustituir esos neumáticos vetustos por cacahuetes pelados amorfos, pero una vez más se equivocaron. Las raras líneas entorpecían el paso del tiempo, lo distorsionaban y hacían que de las nueve de la mañana se pasase a las tres de la tarde en dos coma siete minutos.

Así, los equipos directivos de los diferentes partidos políticos se reunieron con urgencia y determinaron un acuerdo para establecer una ley por la que los principales fabricantes de manecillas de reloj debían producirlas con un material maleable que abundara: el vacío.

Desde ese momento hasta hoy, llevamos cronómetros de pulsera avellanados, aplatanados y todos los "-ados" imaginables, amén de los de cocina, coche o los que, aparte de transmitir la sensación de tiempo, despiertan del letargo. Todos poseen agujas. Y caben por todos los lados concebibles. Además, no hay que preocuparse por la estética de éstas, no se ven directamente. Y también, a partir de entonces, hay menos accidentes de tráfico. Ahora las ruedas siempre son nuevas.

Masoquismo masculino

21:43:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (2)


Apalea pausadamente
parte del paisaje pueril,
unas nubes lo ningunean
rasgándole las vestiduras
y sus ojos, fijos en flores,
adoptan tez de margaritas.


Mas no gime el puto dolor.


Yuxtapuestos tirabuzones
de su curva son desvirgados.
Uno de esos inicuos días
es la noche allí presente,
donde las lágrimas almuerzan
tirantes pedazos de cuero.


Hay risas que se tambalean
desde aquellas telarañas.


No es la suavidad de las cuerdas
lo que le provoca ese frío.

En la esquina, siempre en la esquina desde el 42.

12:51:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (0)


Dos.
Sólo entraron dos.
Merendaron tostadas.
Mantequilla y café
en honor de horas muertas.
Rondan cucharillas,
desfilan tenedores,
restallan las tazas.

Flotan pupas,
futuras moscas,
en la leche.
Gritan, pero los lamentos
se ahogan en el líquido,
convirtiéndose en huesos
para Can Cerbero.

Se levantan.
Pagan.
Dejan propina.
Y, bajo solitaria moneda,
ermitaña cuenta
filosofa sobre el suicidio.




33

13:25:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (0)


Siendo tarde, decidí no adentrarme en la cueva, oscura, sucia, sin ningún atractivo físico. Helaba. El aliento nocturno se hacía sentir sobre los cabellos.

A mis espaldas, dos chinches hacían el amor, conjugando todos los verbos de placer que en ese momento se les venían a sus minúsculas cabezas. Por un momento, deseé unirme, aunque acabé sufriendo los efectos de la envidia y opté por deshojar aquella escena. Mi padre perteneció al Opus, lo cual, aun habiendo cosechado en mi adolescencia y juventud un claro pensamiento liberal y anticlerical, dejó ciertas secuelas que, en ocasiones, actuaban de Mr. Hyde.

Di tres pasos y me subí en el coche. El contraste de temperatura desahogó lo que hasta entonces llegué a considerar calor. Arrancado el motor, bajé la montaña.

···

Faltaban las velas del cumpleaños, cuya función era alumbrar la escena, pero el coraje de mis zapatillas aproximó a sus inquilinos a la puerta cavernaria. Pies. No titubearon, aunque las moscas del lugar dijeran lo contrario y ellas se empeñaran en cuajar lo líquido.

Lo que recordaba en color, se tornó en blanco y negro, aunque, más bien, diría en un tono gris verdoso, asemejado al modo nocturno de las cámaras de vídeo, aunque sin brillar. Nunca fui muy brillante, más bien incandescente, por alagarme.

Allí estaba. Soledad. Cuarenta y cuatro años de perezosa búsqueda dieron su fruto. Encontrada. La lamí para sentirla mejor. ¡Mmmm! Amarga soledad...Ni el café...

Pero se hizo dulce al instante.¿¡Qué pasó!?

-¡A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde...!

Dos terroncitos de azúcar con forma de chinche hacían el amor mientras repasaban las preposiciones. En ese instante recordé que mi edad era la de 17 años y que al día siguiente tenía examen de Lengua.

Me lo susurró, que conste.

22:18:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (0)


La triste luna que bordea el tejado de mi casa me contó esta noche las dolorosas historias con las que mi prima se reía, la cual aspiraba todo el aire estelar que pendía del aura de las estrellas para soltar tremendas carcajadas, tan prominentes que se oían desde más allá de la orilla del Guadalquivir, aproximado a mi manzana.

No gustaba su comportamiento. Una chica tan refinada, que posó para Botticelli en su "Primavera", no...Las sinuosas siluetas de las Gracias debieron corromperla, pues degoyó, tras el trabajo, a Mercurio, cuya sola preocupación era iluminar la escena para abaratar los costes eléctricos. Lo único que musitó (pues nunca fue muy habladora en público) en el pleito fue lo siguiente:

-"Señoría, alego en mi defensa que los cargos de premeditación, alevosía y homicidio presentados contra mí son fruto del carácter ahorrativo del personal causado por el sufrimiento parcial debido al presente estado mundial, moral y financiero de crisis. Por ende, considero oportuno que el fiscal y sus clientes, Júpiter y Maya, retiren la denuncia y prosigamos con la particular afición de Sandro por representar a nuestra estirpe. Dixi."

Y, de este modo, la duda decidió no asomar sus alas, en todos los aspectos. Ya se dice en nuestros corrillos familiares: "Gens una sumus".

Gatos de fortuna lapidan

19:26:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (1)


Gatos de fortuna lapidan
las burbujas polvorientas
mientras esas jóvenes abejas
rozan tórax con costillas,
siendo cruel viento el causante
de luctuosas mesnadas teñidas,
tinta de unas palpitantes alas
con que sus hojas la fusilaron.

Maúllan con cuerdas.
Desgajados colmillos propinan
punzantes suspiros ufanos,
"¡Oda al dolor!", gritan las hormigas,
insaciables, anhelan Enero,
regente del descanso matinal.

Destronados bigotes parpadean
buscando los restos somáticos
de esta canina dama enlosada
por la lujuria exenta de plata,
ennegrecida por níveo velo,
leño ocular que se agrieta en su hacha.

Inspiración en los coros del 'Corazón atómico de la madre'

23:49:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (1)


Jaqueca.

Puñal.

Virtuosismo.

Y desde mi pasado
contemplo que sólo
el presente es, con razón,
la paradoja del futuro.

Las borrosas hondonadas
de las mejores manzanas
provocaron el recuerdo
del vetusto sudor salado.

No deseé quemar lo leído
al deslumbrarme el foco
descorchado de la botella,
donde navegaba la hierba
pasivamente matricida,
catadora de tantas preposiciones
encabalgadas en los versos.

Agito el 'que seré'
barajándolo con el 'que soy',
desflorándolo con lo 'que fui',
y mitigo el conjunto
con los suaves descuidos
de la senectud más vestal.

Recomendación: Dos cuchillos sirven más que tres cucharas. ¿O eran un par de interruptores?

17:05:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (5)


Miraba el ojo a su retina mientras las pestañas jugueteaban aletargadamente con la suave sensación que las lágrimas provocaban en la piel, cuya secadez extremada le había llevado al globo ocular a declararse cantante de folk, emulando con su calvicie a Garfunkel.

Y no puede soportar que todo el mundo le maquille el pomo de su puerta. Seguía sin apartar la empapelada mirada de la pupila, aburrida ya de que miles de emuladores de Bécquer la usaran con afán de alcoba.

De este modo, corrigió su voluntad y agarró la carretera por la manta. ¿O era la manta por la carretera? Desde luego tenía arrugas, pero no como para que los vehículos derraparan su mala nariz por sus sensuales verrugas.



¡¡Se creía buen escritor por sonrojar a la pluma...!!










Y no sabía la verdad: que las náuseas son propias de la adolescencia femenina.


A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras y vía.

18:10:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (3)


Me dirigía a recorrer la pobretona tienda de ojos cuando pudo observar que no había ningún párpado a mi alrededor caricaturizando las crueles pestañas que antaño apreciaba encima de los iris al otro lado del escaparate, lo cual resultaba obsceno, pues no habría llegado a creer nunca que las meticulosas raíces de mi nacimiento repercutieran tanto al levantarme de la cama, hecho que solía hacer con más frecuencia de la que debía, ya que mis somnolientos ronquidos ahogaban los cantares de los gorriones, tan pesados ellos con sus malditos gorjeos suplicantes para que una estúpida larva aterrizara en sus óseos picos y saciara el hambre, ente estúpido, por otro lado, puesto que no hace mas que recibir sin dar nada a cambio, cosa que tampoco hay que hacer, y es que me saca de quicio el tener que compartir mis bienes con otro u otra viendo al dinero rebosar en los bolsillos, que son de lo más sabio que camina por la faz de la Tierra al aleccionarnos sobre la originalidad de estar pegado a una pierna con la consiguiente reacción de que ande para tí, aumentando tu grosor al mismo tiempo con lo que te echen, sobreviviendo de la caridad, ser no metálico que tanto escasea por nuestras cabezas, humeantes por la cantidad abominable de pensamientos que derrochamos al cabo de la jornada, los cuales tendrían que preservarse para un futuro uso, tal vez en la guerra o tal vez en los orgasmos, momentos en los que la mayoría suele no pensar, al desatar nuestra más pasión animal peluda, que, ahora que lo digo no tiene por qué poseer dicha cualidad, pues es algo molesto cuando te lo dejas largo sin más razón que la de pavonearte por tu ''moderna contraculturalidad''.

Así que cogí mi chaqueta, la cual me había quitado dispuesto a entrar, y me di media vuelta, rumbo a mi ¿casa?

¿¡Pero por qué no deseas con más fuerza!?

21:11:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (5)


Pues presionas la mala reputación de tu buen hacer, debes saber que conseguí la máxima hora en el reloj, a fuerza de darle al minutero y distorsionar la realidad. Dos pequeñas uvas recalaron por aquel entonces sobre tu larga nariz, explotando la abominable pasividad de tu 'sí'. ¿Cómo quieres responder a ciertas cuestiones si no conllevas la sensatez que se mastica en ellas?








Más tarde o más temprano triunfará la fuerza del vago.




Y siguen los ojos guiñando hacia el horizonte...

Último tango en la ducha

20:58:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (3)


Cumplíamos 21 años en el mismo momento en que las ardillas estaban retorciendo la rama de la encina para arrancar la mugrienta bellota de la que colgaba el hambre del pobre animal.

La luna encandilaba con su tenue luz a través del cristal de la ventana, empañado por el vaho de nuestros cuerpos. La racionalidad de nuestros actos consideraba que la pubertad ya había terminado, decisión de la que nos arrepentimos estando novios... Hacía frío.

Tocó el despertador y mis ojos respondieron con un bruto parpadeo que lo acongojó. Se despertó y su erizado vello me inspiró una enreversada sonrisa. La ducha me hizo recordar lo de anoche mientras las oscuras esquinas, zainas por la humedad, espolvoreaban miles de voces sordas. No estaba tranquila y su regalo se retrasaba.

Una joya. El recurrido oro siempre se presentaba a estas alturas cada 365 días y mis amarillentos dientes se mostraban para su calma. Le di el suyo. La socorrida colonia para varones también hacia su parada anual y su pequeña boca se metamorfoseó en fingida alegría.

Harta ya de tantas nominaciones por papeles secundarios, atajé por la vía rápida y le planté el divorcio delante de sus ojos. Sus boxer se humedecieron y un hedor a orín se mezcló con el arrepentimiento por no haber hecho separación de bienes. Yo, mi maleta, mis 6 alhajas y su dignidad salimos por la puerta, dejando atrás una alcoba gélida y repleta de bostezos.

Rumiando de estas fiestas

19:40:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (0)


Villancicos. Llevaba toda la semana escuchando horribles villancicos. Desde mi nacimiento, me había estado enterando cada Navidad que un crío que hasta de joven no levantaba un palmo del suelo había sido engendrado por una muchacha, para mi sorpresa, virgen. Puede ser que las celestinas anduvieran ya por Jerusalén por aquellos años y reviviera el virgo de una mujer cuya profesión era quitarlos a pares. En fin, que mi pobre hijo daba la puntilla a mis oídos con las súplicas por una Xbox 360 mientras que por detrás me anunciaban que Holanda ya se veía. ¿Qué pinta Holanda en una canción cuyos protagonistas vienen de Oriente? Los pastores iban de blanco, no de naranja.

Como cada Pascua, las consolas eran el punto de mira de mi chico y yo el bazooka con el gatillo a punto de estallar: bien podía disparar y concederle el deseo o bien podía atascarme y explosionar en toda su cara. Lástima que las lágrimas funcionaran como escudo antimisiles y lo que parecía una autoridad paterna, se convierte en la manipulación padre, con la consecuente compra de un juego para la máquina más recientemente adquirida.

Lo mejor era ver el gueto que formábamos todos los progenitores con sus descendientes en los centros comerciales. Aquello era un clan cuya reunión se producía una vez al año para detallar con exactitud los gustos de cada uno de los llorones. Además, todos pensábamos que cuando crecieran, pararían. Y así era, pero porque, dos o tres décadas después, seríamos nosotros mismos los que les tiraríamos de la chaqueta suplicándoles Viagra, Linoforce y demás medicamentos que ayudaran a los futuros órganos marchitos.

Total, que me olvidé de tonterías y le regalé lo que quería. Una Xbox 360...pero dibujada en la caja de la máquina, pues dentro estaba el auténtico presente: una mochila de las Tortugas Ninjas. Sí, lo sé, soy un cerdo, pero a mí no se me especificó nada. De todas formas, la bolsa le vendría bien, así podría independizarse ya, ¿no?

Desayuno con diamantes.

21:35:00 / Y no por ser de nadie, es de Chico apocopado / comentarios (1)


Bueno, por decirlo de alguna manera, me están abriendo miles de acalanaduras por todo el estómago y me suben, apaciguadas, centenares de orugas y hormigas cargadas de polvo de hígado picado: Eristoff hizo su trabajo al aullar cuando la luna se puso.
Cada minuto que pasa me encuentro sano y ¿salvo? Las tenues humaredas de los cigarrillos de los peones vallando el socavón abierto en mi ombligo sonsacan a mi cerebro decenas de dudas acerca de la calidad de la obra.
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Pronto irrumpe un tenue rayo de luz por las polvorientas rendijas de la persiana del living, aprecio una especie de infraestructura levantada en el abdomen que hasta hace unas horas consideraba de mi pertenencia. ¿Puede ser que haya sufrido una revolución comunista y hasta los seres más debiles conciben la propiedad carnal como pública? Soy de izquierdas, pero siempre respeté la intimidad de una confortable ducha solitaria expuesta a las obscenidades más individuales.
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Aquí yacen ya a mi costado oriental los últimos restos de lo que fue una capa de grasa inherente a mis órganos. Pobrecito, ya no conviviré con la seguridad del infecto invernadero de mi interior. Sólo los agrandados cinturones serían capaces de conceder la fortuna a un recién saneado de ajustar sus pantalones para no deber de consumir la poca sangre que le quedaba al bosillo, curtido ya en más de una batalla.
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Por sí solo no tenía sentido. De ahí que creyeran que entrevistarme para la cadena municipal y dirigir la radio del pueblo consolaría mi desgracia. Lo estoy meditando en este mismo instante.
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Propuestas emanadas por vocecitas casi imperceptibles bombardean mis tímpanos.
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Y se que de ahora en adelante tengo una cita con la muerte. Pero hasta entonces, la elección musical ahogaría los llantos de mis tiesas rodillas.
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